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Levantar las medidas de confinamiento en 2022 impulsó la idea del beneficio de la interacción persona a persona, como una ganancia que no puede medirse solo por cifras de productividad. Más o menos con ese argumento, muchos empleadores han sentado públicamente la necesidad de que sus trabajadores regresen a las oficinas, ignorando las posiciones y situaciones de su fuerza de trabajo.

Yashovardhan Agrawal, especialista en relaciones con desarrolladores, ha venido trabajando desde su hogar de Prayagraj en la India, donde debe coordinar citas virtuales con multinacionales en tres países distintos. Si bien trabajó de forma presencial en Bangalore, a partir del confinamiento por la pandemia, su casa se convirtió en su oficina. Donde a pesar de lidiar con dificultades, alcanzó un cambio en su desempeño laboral que lo hizo más productivo. Asegurando que en casa puede hacer en dos horas lo que en la oficina le tomaría cuatro, tal como declaró al canal alemán Deutsche Welle en un reportaje de septiembre del 2022.

DW publicó que algunas empresas tienen cómo monitorear la productividad de sus empleados cuando trabajan desde casa, pero les resulta más difícil medir lo que se pierde por la falta de interacción personal, según Roman Briker, profesor de comportamiento organizacional en la Universidad de Maastricht. Según Briker ese aspecto podría explicar el creciente número de compañías que están forzando a sus empleados a retornar a las oficinas y locaciones de trabajo.

Otro argumento sobre la importancia de ser visible en el mundo laboral fue esbozada radicalmente por el jefe de Tesla, Elon Musk, conocido por dormir en la compañía cuando hay alta producción. Musk ha insistido en que los empleados estén al menos 40 horas a la semana en sus puestos, bajo la amenaza de despedirlos si no lo hacen. Musk cree que mientras más alto es un cargo, más visible debe ser su presencia ante sus subordinados. Asegura que por eso que vive tanto tiempo en las fábricas, de forma que sus trabajadores en línea pudieran verlo trabajando junto a ellos.

Ideas como las de Musk sobre presencia y productividad pueden tener que ver con el llamado “efecto de mera exposición”, conforme comentó Briker al entervistador de la DW. Esta concepción sugiere que una mayor exposición genera presunciones positivas sobre los trabajadores y la gerencia, del estilo “estas personas trabajan más duro” y este tipo de asociación tiene que ver con la cultura de la empresa, la que puede calificarse de ser “estricta” o “relajada”, según Briker.

Visto que la teoría sostiene en culturas estrictas promover la vigilancia y la jerarquía, en el caso de los bancos de Wall Street, con culturas laborales más estrictas y entornos de trabajo sometidos a alta presión, se ha promovido una fuerte defensa a la medida de retornar a la presencialidad. Siguiendo este patrón, el CEO de Morgan Stanley, James Gordan ha sentado su posición de que “La mayoría de los profesionales aprende su trabajo a través de un modelo de aprendizaje que es casi imposible de replicar por Zoom”, en senda solicitud de regresar a la oficina, enviada a sus trabajadores en septiembre de 2022, donde agregó que “Con el tiempo, este inconveniente podría socavar el carácter y la cultura de la empresa”.

Las culturas laborales más flexibles, sin embargo, permiten mayor autonomía y autosupervisión. Las compañías que muestran estas características podrían estar más dispuestas a adaptarse al trabajo remoto o a una hibridación entre teletrabajo y trabajo presencial, conforme estima Briker.

Otra parte del reportaje de DW cita a Bonnie Dilber, gerente de reclutamiento de Zapier, asegurando que en su firma los empleados trabajan desde casa, patios, o donde quieran estar, de forma totalmente remota. Y que a su juicio, la flexibilidad tiene que ver con “tener muy claro cuáles son los resultados que se esperan y las expectativas que se tienen para cada uno, y luego confiar en los trabajadores”. Sin embargo, Dilber opina que incluso los entornos más flexibles dudan a la hora de renunciar por completo a la presencialidad, pero reveló que están recibiendo incrementalmente solicitudes de empleo de personas que dicen que sus empresas están volviendo a las oficinas y que para ellos ya no es una opción laborar insitu o al menos el 100% de su horario.

Acerca del futuro del trabajo global, es evidente que algunos trabajadores, como Agrawal en India, se sienten poco estimulados a desempeñarse en compañías que ponen requerimientos estrictos para el trabajo en persona, argumentando que forzarlo a trabajar desde una oficina todas las semanas puede que no sea la mejor idea de regresar a una supuesta normalidad.

Entre los datos reportados por la DW, el promedio mundial de tiempo dedicado a trabajar desde casa se ha estabilizado en 1,5 días semanales desde que empezó la pandemia, partiendo de un estudio considerado, como señal inequívoca de que el debate sobre cómo trabajar derivará en una solución híbrida, si se concuerda con esa inferencia del profesor Brikel. Hasta entonces, los empleadores tendrían que negociar cuánto están dispuestos a perder o ganar por forzar a sus empleados a volver a las oficinas.